BIENVENID@ SÍGUENOS EN

Trastornos de la conducta alimentaria menos comunes

A medida que pasa el tiempo, los desórdenes alimenticios son cada vez más diversos. Por un lado, encontramos aquellos que la gran parte de la población conoce (obesidad, anorexia y bulimia); pero, por otro lado, hay muchos otros desconocidos por la gente. Por este desconocimiento, suelen pasar desapercibidos y no son diagnosticados. En este post os explicaré algunos de ellos.

Pregorexia.

Este trastorno de la conducta alimentaria viene dado por el miedo a engordar de las mujeres embarazadas. A causa de este temor, recurren a dietas hipocalóricas en las que no llegan a recibir todos los nutrientes que necesitan, conductas compensatorias o purgativas y realizan actividad física de manera excesiva. Esto pone en peligro tanto la vida de la madre, como la vida del bebé (embarazo de riesgo).

El caso más crítico se da con los embarazos adolescentes, pues ya de por sí se da una competencia de nutrientes entre la madre y el feto, habiendo un mayor peligro.

Sadorexia.

Varias veces descrita como una evolución de la anorexia tradicional, combinada con otros trastornos como la ortorexia (obsesión por la comida sana) y la bulimia. Estos, a su vez, se ven acompañados de un maltrato corporal y del uso de métodos masoquistas para adelgazar. Es por estos motivos por lo que también se le llama “dieta del dolor”. Este maltrato corporal tiene como objetivo que el hambre pase a segundo plano, pudiendo así acabar con la ansiedad que se produce por las ganas de comer, consiguiendo por tanto una delgadez extrema en poco tiempo.

Este trastorno se da en personas con baja autoestima, deprimidas, con una situación complicada en cuanto a lo familiar, social u emocional, que buscan una salida y algo de control a través de estas prácticas. Algunos de los síntomas son la presencia de amenorrea (ausencia de menstruación), mareos, cambios de humor, aislamiento social, cicatrices y/o hematomas, piel seca, lanugo, falta de líbido, etc.

Diabulimia.

Este TCA se da en personas inmunodependientes (diabetes mellitus tipo I) que reducen o directamente eliminan las dosis de insulina que les corresponde para mantener un control glucémico adecuado. Se da sobre todo en chicas adolescente diagnosticadas recientemente. Esto ocurre porque sin la insulina necesaria, la glucosa se acumula en la sangre y se expulsa a través de la orina, consiguiendo así una pérdida de peso.

El llevar a cabo estas prácticas aumenta el riesgo de que se presenten complicaciones asociadas a la diabetes: infecciones, daños renales que pueden dar lugar a diálisis, cetoacidosis diabética, pie diabético, afectación en ojos, etc. Aparte de estos, también se dan complicaciones asociadas a los TCA: falta de menstruación, problemas gástricos, dentales y en la piel, crecimiento y desarrollo lento en la adolescencia, etc. Además, el riesgo de mortalidad se triplica, reduciendo la esperanza de vida.

Ebriorexia

Este trastorno de la conducta alimentaria se da normalmente en adolescentes, quienes tratan de compensar las kilocalorías obtenidas por el consumo de bebidas alcohólicas cuando salen de fiesta reduciendo la ingesta de alimentos. En estos casos, las personas afectadas (frecuentemente mujeres de 18 a 30 años) conocen bien la cantidad de calorías que contienen los alimentos y las bebidas, pero no la proporción de nutrientes de estos. Para controlar los efectos negativos del alcohol suelen recurrir a los dulces, snacks energéticos, etc., siguiendo así una dieta muy desequilibrada.

Permarexia

Podemos considera este TCA como “recién nacido”, pues es relativamente nuevo. La persona en cuestión prueba varias “dietas milagro”, siendo poco saludables. Hay algunos expertos que opinan que este sería un paso previo a otros TCA como la anorexia o la bulimia. Se considera que la situación es preocupante si se han seguido más de tres dietas diferentes (con la intención de bajar de peso) en un mismo año.

Mayoritariamente afecta a las mujeres, no siendo capaces de mantener un peso constante. Esto ocurre porque este tipo de dietas duran un corto periodo de tiempo, por lo que vuelven rápidamente a sus hábitos alimenticios y sufren el “efecto rebote”. Su peligro está aumentando por la cantidad de dietas que se encuentran en internet en las que sólo se tienen en cuenta las kilocalorías y no la cantidad de nutrientes que estas contienen.

 

En conclusión, en la actualidad existen gran cantidad de trastornos de la conducta alimentaria que podemos no conocer e identificar correctamente. Es importante tener en cuenta este tipo de comportamientos para realizar un diagnóstico correcto y mejorar la salud y calidad de vida de nuestros pacientes.

Artículo por Lujain Aljelani